sábado, 31 de enero de 2015

Conoce como tratar el dolor de forma natural

En paz y sin dolor. Y de forma natural, que es la mejor forma de conseguir no sólo un descanso físico, sino emocional y profundo.  Aprende como curarlo a raíz y empezar a llenar tu vida de gozo. Y para empezar a sanarlo, hay que saber que sólo hay un lugar donde podemos sentir dolor: en nuestro cuerpo. Así que cuando algo nos duele, es una forma en que “algo” dentro de nosotros mismos intenta magnetizar o atraer nuestra atención, porque hay algo dentro de uno que necesita con urgencia atenderse.

Procura no correr siempre a tomar medicamento para espantar lo que no quieres sentir. Si bien el dolor es una sensación no placentera que puede tener muchas intensidades, es en verdad un mensajero muy bueno para engrandecer tu vida y curarla en todo sentido.

Dolor físico y emocional

El dolor físico y el emocional están relacionados íntimamente, porque el dolor físico empieza en el dolor emocional. Cuando algo duele en el cuerpo, es que algo ha dolido o sigue doliendo emocionalmente y, al no ser notado, el cuerpo lo dice.

Por lo general, y muy a menudo, experimentamos insatisfacción, culpa, sentimientos de inferioridad, ansiedad, estrés por no ser o no tener suficiente, por no ser aceptado, querido, valorado, etc. Pero tratamos de no hacerle caso, o estamos siempre ocupados atendiendo todo y a todos, pensamos que todo es primero, luego, nosotros.

Cuando permitimos que estas emociones se acumulen, entonces de alguna forma no podemos estar realmente presentes ni en el trabajo, ni con la pareja, ni en ningún lado. Lo no presencia significa no estar presentes. Podemos estar ahí, pero no estamos. Incluso aunque queramos estar, hay algo dentro que no nos permite conectarnos del todo, y de ahí vienen muchos problemas y conflictos afectivos, económicos, de salud, etc. Lo que significa, simplemente, que hay un dolor no atendido, o no consciente.

Cuando no estamos realmente presentes en la vida, porque no sabemos cómo resolver ciertas cosas, el dolor empieza a volverse más agudo e intenso, y si no lo atendemos, entonces se somatizara, es decir, que encarnara en el cuerpo y este dolerá.

El dolor sucede siempre que algo debe ser curado. Pero también sucede cuando estamos en un proceso de sanación profunda, y puede agudizarse, por ejemplo, cuando en verdad estamos curando la raíz de algo que nos afecta en nuestra vida.

Vida actual y dolor

En la vida actual, hay muchas cosas que nos distraen de nosotros mismos. Cuando pasamos por alto cosas que nos duelen, y repetidamente ignoramos lo que sentimos, ofensas y situaciones desagradables, sueños y anhelos, etc., ya sea porque no sabemos qué hacer con el dolor, o porque creemos que no debemos sentir, decir o hacer ciertas cosas, etc., estas se van acumulando poco a poco en el cuerpo, hasta que un día salen como burbujas del fondo de nuestro ser, y se hacen evidentes en el cuerpo, en las relaciones, en la economía y, sobre todo, en el ánimo.

Dolor “anestesiado”

Hay cierto tipo de dolor que no se siente a primera intensión, pero que está muy dentro de nosotros. Hay enfermedades que no duelen, como el cáncer, pero que pueden ser en verdad fuertes. Hay ciertos síntomas que nos pueden avisar cuando tenemos dolor, aunque no sea muy evidente: el cansancio, la apatía y el desgano son síntomas de depresión, son síntomas de un dolor profundo no atendido ni consciente, y que no se ve tan aparentemente. La irritación y la ira, o un carácter desesperado y agresivo, asi como el insomnio y la falta de memoria o atención, también son síntomas de un dolor no comprendido o no consciente.

¿Cómo calmar el dolor de forma natural?

Es mucho mejor tener dolor físico, que tener un dolor anestesiado y no consciente, ya que el dolor nos avisara y nos dará pistas de como curarlo y de donde está la raíz que lo genera. Sin embargo, el dolor físico no es nada agradable, y puede en verdad llegar a ser muy intenso e intolerable. Para empezar una curación, debemos pasar primero por la etapa de la consolación, es decir, ayudar al cuerpo a relajarse lo más que pueda, para poder trabajar de forma más profunda con lo que nos duele.

Si duele la cabeza, los huesos, las muelas, los músculos, la piel o lo que sea, lo primero que debes hacer es considerar un lugar para estar tranquilo. Descansar es esencial, porque todo dolor es estrés, y el estrés se genera principalmente cuando tu atención está muy fuera de lo esencial en ti. Descansar te hará retomar energía y reconectarte con tu equilibrio natural.

Así que date un espacio para estar tranquilo. Y considera que hay muchos analgésicos naturales para darle alivio y remedio al dolor.

APUNTA: El aceite de oliva extra virgen, el ajo, la cúrcuma, la manzana, los arándanos y la lechuga, son estupendos analgésicos naturales, así como la manzanilla, las uvas, la avena y el vinagre de manzana.

Puedes usarlos de varias formas.

Por ejemplo:

Para un dolor intenso:

Toma una cucharada de aceite de oliva extra virgen con un poco de ajo machacado y unas gotas de limón, 2 veces al día. Bebe, en la noche y la mañana, un te de lechuga con una cucharadita de cúrcuma, endulzando con un poco de miel.

En caso de dolor de cabeza intenso, de piernas (por mala circulación), várices, o calambres fuertes, toma una aspirina, la cual esta elaborada con corteza de árbol y es totalmente natural para el cuerpo. Esta ayuda a activar la circulación ayudando a calmar el dolor cuando esta es la causa.

Si tienes dolor intenso de muelas, puedes frotar la hoja de una lechuga dentro de tu boca, con un poco de la especia llamada clavo, el cual es estupendo relajante de encías y dientes. Además, bebe te de manzanilla con un poco de cúrcuma.

Si tienes dolor intenso de ojos, estómago o piel, utiliza la manzanilla, tres tazas de té al día, y, si es en la piel, puedes aplicar compresas de manzanilla para calmar el dolor, y gotas en los ojos para descansarlos y relajarlos.

El dolor causado por infecciones, dolor de ulceras o heridas, puedes tratarlo de manera estupenda con una taza de arándanos frescos en el desayuno, y bebiendo en ayunas un te de diente de león con unas gotas de limón. Además, puedes tratar el área, si es en la piel, rociando plata coloidal encima, o cloruro de magnesio. Los arándanos son estupendos para no sólo calmar el dolor, sino que ayudan a desinflamar y a regenerar tejidos dañados. Cómelos frescos de preferencia.

En el caso de dolores de huesos o músculos, artritis, etc., la cúrcuma o el jengibre son los más efectiva. Esta ayudara a bloquear el cuerpo y a la vez combatirá la inflamación. Prueba disolver cúrcuma en dos cucharadas de aceite de oliva y un poco de limón. Toma dos a tres cucharadas al día. Toma una dosis de 600mg de cúrcuma al día, dosificada en tres tomas. Además, bebe dos tazas de te de manzanilla al día.

¿Cómo curar el dolor a raíz?

Primera pregunta: ¿Cuándo tienes un dolor de muelas, de huesos, de piernas… en dónde está tu atención? En ti. Toda la atención está en ti. Así que es como si algo te dijera “Detente, obsérvate, considera algo que no has considerado dentro de ti?

Como dijimos, es muy importante el descanso, el cual ayudara a que los alimentos mencionados actúen de la forma más eficiente posible, además de ayudar a restaurar y reparar tejidos, células y órganos dañados. Muchas personas cuando sienten dolor quieren tomar algo rápido para evitarlo, pero esto sólo, aunque puede ser un alivio pasajero, puede a la larga acumular más tensión y dolor. Y agudizar una enfermedad

Aprovecha, entonces, este momento de descanso y atención a ti, para que te observes y reconectes contigo. Puedes escribir algunas cosas que sientes te han dolido o enfadado, puedes poner alguna canción que te guste y desahogar tristezas, puedes cerrar los ojos y pensar eso que sientes en verdad respecto a ti mismo. Imagina que delante de ti esta alguien muy comprensivo y amoroso, y trata de decirle mentalmente las cosas que sientes te hacen falta, o las cosas que te han hecho sentir culpa o enojo.

Recuerda algo: el dolor es lo contrario que el gozo. Si estas experimentando dolor esque, muy en el fondo, no estas realmente disfrutando tu vida. No estas gozando realmente. Asi que, además de desahogarte, trata de pensar en las cosas que te darian, en este momento, una alegria profunda, no pasajera, sino un gozo conectado a esa sensación de crecimiento que da el estar haciendo y caminando hacia donde quieres realmente.

Si haces esto, el dolor habrá circulado por fin de donde estaba atorado y se habrá descargado de tu cuerpo. Y entonces, el dolor ya no tiene porque estar ahí. Insiste en esto. Si eres paciente y poco a poco aprendes a escucharte, a no juzgar lo que eres ni has vivido, a ser amoroso contigo, veras que el milagro de la salud llega en cuanto menos te lo esperes.

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