miércoles, 8 de octubre de 2014

Conoce cómo reconocer una Apendicitis

La apendicitis es la inflamación del apéndice,  un segmento pequeño con forma de dedo que destaca en el intestino grueso, muy próximo al punto donde éste se une al intestino delgado. El apéndice tiene funciones de carácter inmunológico, pero no se le considera un órgano esencial, aunque es parte importante de la armonía y buen funcionamiento del  organismo, por lo que no debe de restársele importancia. Aunque es cada vez una afección  de mayor incidencia entre niños y jóvenes y se puede resolver con una rápida intervención quirúrgica, la apendicitis continúa ocasionando lamentables muertes cuando no se acude a tiempo a un centro de salud, dando paso a una peligrosa peritonitis. Es importante por ello que todas las personas sepan diferenciar bien una apendicitis de cualquier otro dolor estomacal y pasar a una revisión médica; pues entre el chequeo y todas las pruebas que ordena el doctor, se pueden pasar más de cuatro horas para un diagnóstico definitivo y la apendicitis puede ir agravándose.

¿Por qué se inflama el apéndice?

Las causas del apendicitis son desconocidas, pero es muy probable que este asociado a una mala dieta combinada con tensiones fuertes y constantes. En general, aún no existe un consenso o un estudio que defina por qué se origina la apendicitis, en algunos casos se sabe que es causado por una obstrucción del apéndice por materias fecales que se acumulan en él.

¿Por qué es peligrosa la apendicitis?

Porque cuando el apéndice se inflama y no se atiende, puede perforarse y derramar el contenido intestinal cargado de sustancias tóxicas y nocivas, así como bacterias dañinas, el interior del área del abdomen, lo que provoca lo que conocemos como peritonitis. Esta puede provocar una fuerte infección, incluso con riesgo de muerte. La perforación puede causar también la formación de un absceso o la infección del torrente sanguíneo, el cual es un estado mortal que se conoce como septicemia. Si la peritonitis la sufre la mujer, puede llegar a infectar sus ovarios y/o las trompas de Falopio, lo cual puede ocasionar infertilidad.

¿Cómo detectar si el apéndice esta inflamado?


Normalmente una apendicitis empieza con un dolor abdominal alrededor del ombligo, náuseas, vómitos, falta de apetito y en algunos casos estados febriles ligeros hasta ir en aumento.

Luego, el dolor va incrementándose gradualmente hasta desplazarse a la zona derecha del abdomen, el paciente a su vez puede sentir deseos de orinar urgentemente, en un número anormal de veces, en casos donde los afectados son niños de dos años, los síntomas más frecuentes son vómitos y un abdomen hinchado, además del intenso dolor, que por ratos puede ser intermitente hasta volverse más agudo y persistente.

Hay síntomas característicos, más no todos los pacientes los presentan. Aquí te damos algunos síntomas frecuentes:
  • Náuseas y vómito.
  • Dolor agudo en la parte inferior derecha del abdomen. Este dolor puede ser repentino y comenzar en la parte superior del abdomen o alrededor del ombligo. Es luego del dolor que suelen aparecer las náuseas y los vómitos.
  • Después de un rato, pueden desaparecen las náuseas y el dolor se traslada a la zona inferior derecha del abdomen. Al hacer presión en esta área, aparece el dolor; cuando se retira la mano súbitamente, el dolor se agudiza.
  • Por lo general, la temperatura corporal es de 37,5 a 38°C.
  • En los bebés y niños, el dolor puede ser general.
  • En caso de que se perfore el apéndice, el dolor y la fiebre pueden aumentar. Si la infección se agrava, puede producirse un schok.
A pesar de los síntomas, no siempre es fácil determinar si el dolor se debe a causa de una apendicitis. Muchas veces se extirpa el apéndice sin que este inflamado. Hay muchas formas de cuidar el apéndice y evitar todas estas complicaciones. Si a menudo te duele el estómago, te cae mal la comida, sientes náuseas, etc. Lo mejor es que trates de seguir los siguientes consejos.

Tratamiento natural para prevenir y ayudar a bajar la posible inflamación

Este tratamiento también aplica para personas que ya has sido operadas y están recuperándose.
  • Descanso emocional: es necesario tratar de darse un descanso no sólo físico sino emocional. Una de las causas más frecuentes de este tipo de problemas es la ansiedad o el temor que muchas veces no se nota porque nos acostumbramos a vivir presionados, apresurados, insatisfechos y con poca confianza en el futuro. La incertidumbre o el cerrarse a la corriente de las cosas que gustan y gozamos, influyen poderosamente en esta afección. Muchas veces damos más valor al trabajo, al pagar cuentas y atender “todo lo demás” menos a nosotros, y vamos cayendo poco a poco en un círculo vicioso que nos atrapa y encierra en rutinas desgastantes que poca satisfacción nos dan. Hay que tomar en cuenta que la vida siempre puede ser más de lo que creemos que es, hay que darse el tiempo de revalorar, leer y nutrirnos emocional y espiritualmente, y aprender a confiar más en esa grandeza que vive en nosotros. Si ya estas operado aprovecha estos momentos para nutrirte emocionalmente leyendo y reflexionando acerca de las cosas que no has permitido que fluyan en tu vida, quizá por temor o porque no crees que llegaran.
  • Dieta: fundamental para prevenir y ayudar a recuperarse. Se debe comer más veces al día y menos porción de alimentos. Se deben evitar las grasas animales, eliminar embutidos, lácteos de origen animal y derivados (quesos, yogures procesados, etc. Sólo se admite el yogur vegetal o rejuvelac), así como azúcares refinados y derivados (sodas, panadería, pasteles, dulces, etc.) que son las principales causas de que se acumulen toxinas y grasas nocivas en los intestinos y que haya problemas intestinales y estomacales. Además, el exceso de estos productos, predisponen las inflamaciones de órganos y todo tipo de infecciones y dolencias. Si ya estas operado, lo mejor son los caldos de verduras. Evita todas las carnes rojas. Bebe jugos de verduras crudas, coladas y a sorbos pequeños durante el día. Evita todas las leguminosas por el momento, (si estas acabado de operar). Los jugos puedes elaborarlos con germinados y zanahoria, alfalfa, papa, etc. Prefiere cereales integrales a los refinados estos últimos no aportan ningún valor nutritivo a tu cuerpo. Incluye en tu dieta alimentos como el jugo de sábila, las ciruelas pasas (guindillas), las leches vegetales, el limón y la naranja, y las semillas.
  • Ejercicio físico: practica ejercicio, pues este ayuda a liberar tensiones. Toma al menos 15 minutos de tu día para practicar un ejercicio que te guste y disfrutes como caminar, nadar, andar en bici, bailar, etc.
Procedimientos médicos

Una vez que se ha acudido con el especialista, el diagnóstico se dará luego que se le tomen diversos exámenes entre los que destacan los análisis de sangre, de orina, radiografías de abdomen y tórax, así como una tomografía axial computarizada (TAC) de la zona afectada. Claro que eso dependerá del médico, que tal vez con una simple palpación del abdomen y de lo avanzado del mal, pueda advertirlo.
En ese caso, la solución es una intervención quirúrgica para extirpar el apéndice, llamada apendicetomía, sin grandes consecuencias en la posteridad para el paciente. Esta cirugía se realiza bajo anestesia general.

Peritonitis

Si no se acude a tiempo del diagnóstico, el apéndice que es el órgano del tamaño de un dedo que está adosado al intestino grueso en la parte inferior derecha del abdomen, puede reventarse e infectar a todo el organismo con las bacterias y materia fecal que podría haber estado en su interior. Esto se conoce como peritonitis.

Los pacientes en ese estado de gravedad pueden sobrevivir si la infección no se ha diseminado por todo el cuerpo sino sólo por algunas zonas donde pueden hacerlo drenar; sin embargo eso no ocurre en todos los casos, donde algunos pacientes mueren en pocos días por sepsis, o en otros casos la muerte es casi fulminante.

Prevención

¿Se puede prevenir la apendicitis?, esa es una pregunta frecuente y como no se conoce la causa exacta de por qué se obstruye el apéndice y se infecta de materia fecal, existen algunas aproximaciones que pueden acercarse a la verdad y que muchas veces los médicos recomiendan.

Lo primero es llevar una dieta alimenticia lo más saludable posible, rico en fibras, que son las que posibilitan un mayor movimiento de las heces.

Otras posturas no comprobadas señalan que la ingesta de semillas y las pepas de las frutas también pueden obstruir la irrigación del apéndice.

Como no se tiene la causa exacta es mejor poner atención a lo comentado, total las “pepitas”, por ejemplo del tomate y del pepinillo, no nos aportan nutrientes, entonces es mejor deshacernos de ellas y no consumirlas.

En medicina natural no existen enfermedades, lo que existe es una intoxicación severa del cuerpo debido a hábitos dietéticos y de vida a los cuales los doctores ponen diferentes nombres.


Visto en Biomanatial.com
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